jueves, 8 de noviembre de 2012

UNDECIMA SESIÓN: LA CENTRAL DE OBJECIONES


 Diseño: Andrés Saray

Esta vez, al rotular este post como undécima sesión,  hago referencia a un cúmulo de encuentros, reuniones fallidas, celebraciones, puntos suspensivos y demás acontecimientos acaecidos en los últimos meses, donde el proyecto entró en un periodo de crisis que terminó replanteando el laboratorio y generando más bien una idea de colectivo, dispuesto a indagar algo más que la idea de instalación escénica. El accidente: un esfuerzo por sumarnos a los acciones de ACOOC en sus jornadas de libertad en espacios públicos; es decir, un experimento en calle que abrió una nueva veta de exploración en torno a lo político, lo performativo, el espacio abierto y la instalación escénica.

Me explico: con un deseo de poder entablar una relación con el transeúnte común, se planteó habilitar una oficina ambulante donde las personas pudieran expresar sus objeciones frente a la vida, el estado, la sociedad, la ciudad, en fin, como una terapia de desahogo colectivo y visibilización de los malestares de la comunidad local.

Bajo esta premisa tan sencilla, se intervino una esquina de la ciudad (Calle 24 con séptima) entre las 6:00 p.m. y 7:00 p.m., colocando dos mesas enfrentadas -una en cada esquina- ataviada cada cual por una maquina de escribir, implementos de oficina como portarretratos, mugs con lápices, carpetas A-Z, un mantel que cubriera con algo de elegancia las mesas tipo Rimax, y como estrategia para atraer a la gente, letreros con los siguientes anuncios: “Gratis”, “Solo por hoy”, “Central de objeciones abierta”, además de una mujer vestida de traje y con megáfono en mano que invita a las personas a acercarse a las mesas, expresar su denuncia ante cámara, y recibir una copia en papel carbón de su querella.

El ejercicio terminó sobrepasando las expectativas, las personas empezaron a acercarse con algo de timidez a las mesas pero una vez sentados frente a la maquina de escribir iniciaron un proceso casi catártico y en menos de media hora ya habían pasado por nuestras mesas oficinistas, vendedores ambulantes, estudiantes y pensionados,  quienes desde sus puntos de vista narraban sus inconformidades y desde allí expresar sus angustias y su percepción sobre la ciudad que les tocó vivir.

El experimento nos sobrepasó, en la noche las cámaras no registraban bien a los entrevistados (baja calidad de la luz), el viento se llevaba los carteles improvisados pegados en los postes, el ruido no permitía registrar bien los audios, pero la experiencia para los que nos encontrábamos haciendo este ejercicio nos dejó cargados de energía, exultantes, sorprendidos ,anonadados, y la decisión tácita de seguir indagando por esta vía a ver qué nuevas sorpresas nos deparaba este camino.

Así, de esta forma, el laboratorio de doce sesiones planteado para intervenir una casa, termino siendo el primer peldaño para seguir jugando, probando y experimentando. El tiempo de todos los integrantes estaría ocupado en otras aventuras por los meses venideros pero la promesa de continuar con este proceso se mantendría. Nuevas personas se vincularon gracias a esta nueva iniciativa: la bella Mabel y Michelle, la chica maravilla, se han integrado al parche. Ahora el objetivo es  clarificar y profundizar alrededor de nuestra oficina ambulante de objeciones por medio de las siguientes acciones: la habilitación de un espacio en la web para colgar los diferentes testimonios y puedan ser estos escuchados a través del ciberespacio; una hoja de ruta por la ciudad donde colocar nuestras mesas de trabajo; un cuidadoso diseño de la puesta en escena en las que se enmarcará  nuestras acciones, relacionándolos con la arquitectura de loes lugares seleccionados y el paso de los transeúntes por el espacio;  el ajuste de una serie de pequeños detalles que magnifiquen el esfuerzo de construir una experiencia singular.

No sé si esto pueda llamarse una acción artística pero claramente se está convirtiendo en nuestro manifiesto político, un utópico plan para visibilizar la voz de los habitantes de la ciudad, alejado de cualquier proyecto político partidista  ni ningún afán de transformar el mundo, solo abrir un espacio de escucha, de encuentro, de pensar el arte como un servicio para el alma de una sociedad. Esto no quiere decir que nos ha dejado de interesar el proyecto inicial de intervenir un espacio cerrado, lo único que pasa es que decidimos dejarnos llevar por la fuga, pero siempre con la idea de volver después.  Estas acciones en espacio público se harán entre el 16 y 24 de diciembre bajo el nombre de “Aguinaldo de objeciones”. Cuando lleguen esos tiempos, este blog continuará registrando  nuestras andaduras. Hasta pronto.










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