La
primera rueda ha terminado. Los participantes han arrojado sus primeras
propuestas y el espacio ya empieza a tener historia, nuestra historia,
permitiendo reconocer con nuestros recuerdos cada rincón de la casa. Ser
capaces de empoderarnos cada vez más, de compenetrarnos cada vez más y caer en
la cuenta de que si es posible trabajar colectivamente desde la diversidad,
desde la múltiple perspectiva de puntos de vista.
Esta
vez, para hacer este análisis nos hemos reunido por primera vez al final de la
tarde, para empezar a entender esta casa en otro horario, disfrutar cómo llega
la noche y cómo se apodera la sombra de este recinto de puertas abiertas.
Aprovechando la soledad de la casa y luego de recorrer y reconocer los cambios
lumínicos del lugar, terminamos concentrados en la cocina, listos a revisar el
inventario de acciones trabajadas a lo largo de dos meses, y desde allí
encontrar las similitudes entre todas estas acciones para mirar cuál es la ruta
dramatúrgica que empieza a generarse en el espacio. Dieciséis acciones fueron
rescatadas y rotuladas de la siguiente manera para tener un control más fácil
de cada uno de estos eventos:
1.
Inspección en circuito cerrado
2.
Juego de proyecciones con espejos
3.
Negativo fotográfico
4.
La cajita de música
5.
Productos inútiles
6.
Subasta
7.
Casete ambiente
8.
Urna de votación
9.
Foto mafiosa
10. Autorretrato
11. El
confesionario
12. La
bola discotequera
13. El
futbolito
14. Hilos
15. Manillas
16. Enfrentamiento
con la imagen
Después
del inventario, un elemento predominante con fuerza apareció. La idea de
INTERACTIVIDAD. Sin buscarlo conscientemente en un inicio, la mayoría de los
ejercicios funcionan en la medida que existe otro, en este caso, un espectador
para que se activen los dispositivos. Más que esperar a que el público
contemple un acto creativo, la audiencia deberá participar activamente en cada
una de las propuestas de intervención de la casa. Ellos serán los activadores
de las acciones y deberán relacionarse, de diversas maneras, con los objetos,
performers y acciones con las que se encuentren en su recorrido por la casa. Es
decir, que la estrategia de montaje principal será habilitar un recorrido
sensorial por el entramado de la instalación escénica propuesta donde el
público irá activando de manera secuencial y simultanea los distintos cuadros
preparados para el enfrentamiento con el público. Teniendo esta claridad, este nuevo giro
temático, entraremos entonces a depurar las acciones y plantear un simulacro al
que denominaremos “Pre-acción/Reacción” como una serie de ejercicios invisibles
y sorpresivos que se irán probando en el bar que funciona en la Casa El Rehúso,
para así, trabajando en caliente, observar la respuesta del público y de tal
forma reformular ciertas acciones específicas. La siguiente tarea será producir
una acción en calle para alimentar lo que ocurre en la casa. En el nuevo post
comentaré como nos fue.
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