jueves, 21 de junio de 2012

SEXTA SESIÓN: EMPIEZA EL JUEGO


SEXTA SESIÓN: EMPIEZA EL JUEGO

El reto que inicia ahora es volver tantas palabras dichas en acciones concretas, visibles, tangibles, audibles, y en esa medida la primera exigencia es luchar contra el temor de mostrar, de presentar, de presenciar, pero la única manera de saber qué se está pensando en el plano creativo es probando permanentemente, arrojando frases corporales, interviniendo espacios, construyendo objetos, en fin, experimentando con cada uno de los rincones de la casa dentro de sus múltiples posibilidades. Así que la primera proposición es pecar por exceso y proponer la mayor cantidad de ejercicios como frases de un posterior montaje donde ya empezará a importar el concepto de unidad. 



Para calentar motores, se presentaron dos propuestas. La primera tenía que ver con la construcción de un circuito cerrado que comunicaba la entrada de la casa con la cocina directamente. El espectador al entrar a  la casa se encuentra con una estricta requisa a la entrada, se revisan sus pertenencias e incluso se le pide algún documento de identificación. Al entregar lo solicitado al “guardián” de la puerta de entrada,  éste se comunica por medio de un celular con alguien que está en la cocina. Allí hay un computador con acceso a internet donde se digita el número de identificación  para rastrear a esa persona en la red y de acuerdo a los resultados obtenidos, el hombre de la puerta hará algunas preguntas al visitante, tales como “usted cómo conoce tal cosa, cuándo fue a tal lugar, porqué trabajó en determinado sitio…”. Después de esto, el espectador puede ingresar a la casa. En la entrada, una cámara registra el acceso de la gente que se ve amplificada en una de las paredes de la cocina, con la salvedad que cuando se hace el interrogatorio la persona frente a la cámara está ubicada de tal manera que coincida con una ventana que difumina allí la imagen proyectada. 



Dentro de la discusión interna posterior, se ve posible el experimento en la medida que ofrece una provocación inicial frente al público,  hay un acto intimidatorio e invasivo, que en la cocina podría ser reforzado con una exploración en torno a la sonoridad. Esta ya será una tarea para un ejercicio posterior; por otro lado,  después de este abrebocas, la exploración se concentra en probar las posibilidades de proyección de video en un cuarto lleno de espejos. Se proyecta sobre las paredes, sobre las ventanas del lugar, sobre las persianas, sobre los espejos, sobre los intersticios, y el grupo se sorprende sobre las distintas sensaciones que provoca la proyección sobre distintas superficies. Por ejemplo, sobre las cortinas parece que las imágenes se convirtieran en negativos fotográficos; sobre los espejos la imagen se multiplica dentro del espacio; en las paredes se construyen cuadros; con pedazos de vidrio el lugar toma dimensiones fantasmagóricas. 




Estas fueron las dos acciones iniciales de esta nueva fase de trabajo, etapa que necesita alimentarse de más y más acciones, sin importar si son buenas o malas, abstractas o ilustrativas, visuales, táctiles o sonoras, en fin, ahora interesa el quehacer sobre todas las cosas. El tiempo nos dirá si iremos por buen camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario