SEGUNDA SESIÓN: QUÉ ME GUSTA DEL TEATRO.
El día comenzó con una asistencia de público bastante baja.
Apenas tres participantes más un curioso que se quedó para saber cómo iba a
funcionar este laboratorio. Después de esperar un rato, se decidió continuar
con la sesión y así se generaron tres exposiciones breves en torno al teatro,
sus concepciones y referentes. A continuación, un rápido resumen de lo dicho
aquella sesión:
Cristhian: Inicia mostrando un fragmento de la final de la
Champions League de 1999, en la que Manchester United remonta un resultado
adverso en los últimos minutos y se queda con el triunfo. Una final apasionante
que quedo para siempre en la retina de los aficionados al futbol.
Desde allí, el expositor plantea una analogía entre el
teatro y el futbol, donde éste último se convierte en el fenómeno dramatúrgico
más importante del último siglo. Un evento que genera una convivencia entre
público y ejecutantes, donde la tensión está planteada por la expectativa de
llevar un balón de una cancha a otra, siempre con un resultado incierto. Un
evento donde la vida está presente e importa el ahora de los 90 minutos.
Ese es el tipo de teatro que le interesa al expositor, un
teatro total más allá de las palabras pero que sea consecuente con el espacio
para desde allí construir una dramaturgia espacial que construya nuevas
relaciones entre actuantes y espectadores. Se habla de Artaud y su idea de un
teatro intenso, pre-dramático, ritual. Se habla de Piscator y Reinhardt como
referentes de un teatro abierto a las nuevas posibilidades tecnológicas, vistas
ahora como elementos dramáticos que pueden potenciar la experiencia del
espectador. Se habla de Eisenstein y el montaje como nuevas posibilidades de
escritura, de encuentro y de sentido.
Todas ideas que apuntan a un teatro posdramático, que permita miradas
distanciadas pero críticas, llenas de emotividad y vida. En general, un teatro
que organice un espacio de encuentro singular, único, para-real. Da un último
ejemplo para redondear su idea: La obra del grupo Yuyachkani de Perú, Vitrinas
para un museo de la memoria.
Anghello se concentra en hablar de Augusto Boal y su teatro
del oprimido, en un esfuerzo por vincular el arte con la sociedad buscando
generar una incidencia directa entre la representación y la realidad. Habla
sobre las posibilidades de este teatro para llegar a las clases trabajadoras,
algunas veces para que ellos reflejen en la vida que sucede en la escena, otras
veces para que participen activamente de la construcción de un mundo paralelo
al de ellos en la escena. Habla de esa premisa fundamental en el teatro del
oprimido que no es más que humanizar a la humanidad. Habla de distintas
estrategias del teatro de Boal como el teatro foro, espacio para plantear
problemas y buscar soluciones a través de la catarsis de la representación; se
habla del teatro invisible como irrupción en espacios públicos que generen
preguntas a los eventuales espectadores; se habla del teatro periódico como una
estrategia para hablar de la actualidad y la imagen que venden los medios sobre
la realidad. Interesa sobre todo la posibilidad de un espectador activo capaz
de cambiar el rumbo del espectáculo.
Tzitzi más que decir muchas cosas, se remite a Beckett para
hablar del teatro que le interesa. Un teatro que habla de la experiencia de un
cuerpo presente, de restar más que sumar, de buscar el gesto mínimo y potente.
Su aporte a la discusión, la visualización de Film de Samuel Beckett.
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